LAUREL
Su nombre latino deriva del papel que se le daba como forma de homenaje en la antigüedad clásica, tanto en Grecia como en Roma. Se hacían coronas de laurel trenzado para generales y emperadores. De ahí ha derivado la expresión “laureado”, sinónimo de premiado, que se ha extendido hasta nuestros días.
Cuentan las crónicas históricas que el uso como corona
surge de una leyenda en la que la ninfa Dafne, cuyo nombre significaba
"laurel" en griego, huía del acoso de Apolo ya que había jurado no
casarse jamás. Ante la insistencia del dios, Dafne pidió ayuda a su padre,
Pireo, que la convirtió en árbol. Apolo, presa del dolor, cortó dos ramas, las
trenzó en forma de corona que se colocó y declaró al laurel árbol sagrado.
El laurel es un condimento típico en guisos de legumbres y en caldos de cocción de pescados y mariscos, en adobos, escabeches, etc. Se debe usar con moderación porque unifica los sabores cubriendo el gusto propio de los alimentos.
Así es como hoy día puede encontrárselo en diversos platos del mundo entero y sobre todo en España es muy común agregarlo en muchos de nuestros platos.
A nivel de aromas, el laurel presenta un tintes balsámicos, intensos pero con frescura y un dejo dulce y picante a la vez.
Como habrás podido ver, bastante particular en su
concepto total, razón por la cual aquellos preparados que llevan laurel suelen
distinguirse de los que no.
Descripción:
Las hojas de laurel proceden de un árbol llamado "laurel común" perteneciente a la familia de las Lauráceas.
Recolección y conservación:
Para su recolección lo más adecuado es recoger las hojas justo después de la floración de la planta, si bien pueden obtenerse en cualquier época del año. También se recolectan los frutos una vez han alcanzado su grado de madurez. Para su conservación, tanto las hojas como los frutos deben secarse protegidos de la luz del sol. Una vez secos conviene guardarlos en recipientes de cierre hermético y en un lugar oscuro y seco.
Además
de ser un condimento culinario de múltiples aplicaciones, las hojas de laurel
cuidan de nuestra salud.
El
laurel es una hierba medicinal muy interesante de la cual pueden extraerse
numerosas ventajas. No en vano los romanos elaboraban en base a él sus coronas.
En diversas culturas se le atribuyen
propiedades mágicas, simbólicas y medicinales.
Principios activos:
Las hojas de laurel contienen un aceite esencial cuyos principales componentes son el cineol y el eugenol, que le confieren propiedades carminativas (reducen los gases o alivian la flatulencia) y hepatoprotectoras. También se encuentran diversos ácidos orgánicos, ácidos grasos insaturados, sustancias de acción antioxidante y bactericida y minerales tales como manganeso, calcio, potasio y magnesio.
Propiedades e
indicaciones :
Sistema digestivo
Sistema digestivo
Estimula el apetito y las secreciones digestivas, así como los movimientos intestinales. Facilita la digestión, mejora o previene situaciones de pirosis o acidez, así como los espasmos intestinales.
Sistema respiratorio
Favorece la expulsión de las mucosidades de las vías respiratorias y contiene sustancias de acción bactericida, por lo que resulta muy adecuado en caso de afecciones tales como la bronquitis, faringitis, etc.
Sistema circulatorio
Contiene ácidos grasos insaturados, entre ellos el oleico y linoleico. Ambos ácidos grasos poseen acciones beneficiosas ya que su consumo contribuye a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, si bien la acción más destacable del laurel es a nivel del sistema digestivo.
Otros efectos beneficiosos...
Posee una ligera acción antiinflamatoria, contribuye a regular la menstruación en la mujer y es diurético; aumenta la producción y volumen de orina, ayudando a eliminar el exceso de líquidos del organismo.
Es bueno en dietas de adelgazamiento ya que favorece la eliminación de líquido, y además ayuda a combatir la ansiedad y el estrés, ya que es una planta relajante.
Precauciones
y contraindicaciones:
Las personas que consumen dosis altas (por ejemplo: infusiones demasiado concentradas de hojas de laurel) pueden tener náuseas, vómitos e irritación de la mucosa gástrica. Por otro lado, el laurel es una de las plantas que con mayor frecuencia produce dermatitis de contacto y fenómenos de fotosensibilización -reacciones que se producen en la piel en contacto con la luz del sol-.
Además,
su uso está desaconsejado en caso de gastritis y úlcera, así como en ciertas
enfermedades que afectan al intestino y en personas que tienen el estómago
delicado.